domingo, 4 de noviembre de 2012

Puede

Puede que hasta fuese verdad todo eso que dicen, puede que fuese verdad aquello de que las promesas se van, que una semana te amo y a la otra ni me acuerdo, puede que empezase a convertirse en una realidad para mi, y para ti. 
                               Pero no.
No podía estar pasándome de nuevo, yo ya había aprendido, recapacitado y madurado, yo ya había cambiado mis expectativas en cuanto al amor, no podía pasarme de nuevo todo esto, no podía volver a sufrir por una cosa que ya había acabado por completo, hacía tiempo, y no podía volverse a abrir una herida que llevaba cerrada un año. Más que nada porque no me lo perdonaría. Porque me dije y me prometí a mi misma que esto no me volvería a pasar, y menos contigo. Porque sería esfuerzo tirado a la basura.


Ya me lo decían...y yo me sentí fuerte, me sentía bien, sabía que lo tenía bajo control. Y posiblemente me equivoqué.
O alomejor, posiblemente ahora mismo esté demasiado acobardada, alomejor esté volviendo a adelantar acontencimientos que aún no se han dado, pero yo era otra yo, ya no era aquella chica del verano de 2011 y del invierno triste. Este invierno prometía.
Y os aseguro que prometía con él o sin él.
Ahora soy fuerte y nada ni nadie puede pararme, ni hacerme daño. Yo ya no tropiezo dos veces con la misma piedra. Ya no.

viernes, 2 de noviembre de 2012

¿Que si tengo recuerdos? Claro que los tengo, tatuados en la piel, a fuego muy muy lento...
He pensado en dejarlos ahí, aparcados, en algún rincón de mi memoria, donde nunca más los encuentre, donde ya no duelan, no hielen.
Llega Noviembre. Frío helador. Suena la lluvia, se huele la música. Y de vuelta, conmigo, Jann Tiersen, facilitándome el sacar los sentimientos, lo blanco, y lo negro. Un año y medio pegados de alguna manera el uno al otro, y los recuerdos jamás se esfuman, permanecen, un año y medio de recuerdos que estando muertos no dejan de vivir. Como el sol que en el invierno alumbra, pero no calienta.