jueves, 6 de diciembre de 2012

Coquita intentando sonreir

Los días sucedían, de lunes a viernes, de domingo a domingo, de doce a doce, sin descanso, y  la pequeña Coquita estaba perdida en alguien desde octubre hasta este mismo instante. Bueno, desde octubre, y desde siempre. Pero las cosas estaban así.
Tarde tras tarde, noche tras noche, beso tras beso y caricia tras caricia. Él estaba ahí. Conmigo, sonriese o llorase. Hiciese frío, calor, tronase, o nevase. Porque lo importante para él era estar conmigo y para mi estar con él. Ni la hora, ni el lugar, ni el momento...
Somos muy felices juntos. Hay chistes, canciones, sonrisas, miradas, millones de besos y alguna que otra caricia. No somos novios, pero somos muchísimo más que eso. Somos  nosotros. Juntos. Y a mi me encantaba esa sensación de darle la mano bajo las mantas, me encantaba él y todo lo que hacía conmigo. Todo.
Hace dos días mi corazón perdió algo que quería y mis ojos no dejaban de llover. Por suerte él estaba ahí, yo lo llamé para verlo. Era en ese momento o creo que me sacaría el corazón del pecho con mis propias manos. 
Salí de casa y andaba rápido, el corazón me iba a mil y mi cabeza no podía pensar nada en ese momento, sólo en respirar, en secarme la cara y en darle un abrazo enorme. Por fin me lo vi. Me abrazó fuerte y me hizo reír todo el camino. Pasé la tarde en su casa, solos, él y yo. Me hizo de merendar una tostada con mantequilla y había muchos besos. 
Antes de irse, abrazó fuerte, y me susurró: 
"Por favor, no estés mal. No me quiero ir así, no llores, no estés triste. Hazlo. Hazlo por mi."
Y esa noche, fui más fuerte que nunca. Lo intenté y lo conseguí. No lloré, aunque me moría de ganas de hacerlo. Pero a la misma vez, sé que él se moría de ganas de que no lo hiciese, de que no llorase. Porque yo sentía que él me veía, me observaba y sabía lo que sentía y lo que hacía en cada momento. 
Es increíble lo que puedes llegar a querer a una persona. Querer verla a todas horas. O como él me dijo:
"Yo quiero verte a todas horas. Incluso cuando estoy contigo, tengo ganas de verte."
Y yo creo que iba a untarlo en mantequilla y empezar a comérmelo. Porque lo quiero. Coquita estaba perdida en alguien, y no quería encontrarse nunca. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario