De un minuto para otro, desde la última campanada hasta la última copa de champagne, te despiertas y comienza un nuevo año, así dicho suena demasiado grande, yo ya casi no le doy importancia, me despierto como si fuese un día normal o más bien con una cara de perros como si fuese lunes por la mañana, cuando en realidad aún era domingo y estábamos de vacaciones. Este año nuevo no era para mi, me tomé las uvas y me fui derecha a la cama y no de muy buen humor, de hecho me he despertado preocupada, no era exactamente como me gustaría haber empezado el año, no sé he recibido con pie izquierdo este nuevo año, y eso que solo acaba de empezar. Aunque tengo la esperanza de que sólo es 1 de enero, que puede que las cosas cambien mucho, una vez más, de un minuto a otro, puede que haya empezado muy mal el año y lo termine por lo más alto, a viceversa que el año anterior, me he despertado sin recordar de ninguno de los propósitos que ni si quiera escribí, que tenia en mente, para mi no fue un día de empezar a organizarme, de tener los planes en mente, era un día demasiado normal, y para colmo me quedé en casa toda la tarde, intentado ver películas online de navidad como siempre, al brasero y merendando lo más normal del mundo.
Para mi no cabe duda de que no he empezado bien el año, pero tengo la esperanza de que mañana es otro dia, concretamente el segundo y que me quedan muchos meses por ver, que estoy convencida de que este año las cosas van a cambiar, que van a pasar muchas cosas, y que sobretodo estoy impaciente por descubrirlas.
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