Un año más, uno menos, una prueba más de que el tiempo sigue pasando, como siempre, veloz, sin esperar a nadie, porque por más relojes que haya, a fin de cuentas nunca va a importar que te termines de comer las 12 uvas. Un año más en el que suena de fondo el típico borrón y cuenta nueva que después no sé hacer, se me pierden las gomas o directamente no tengo papel en blanco.
El 2011 se va, se pierde entre vaso y vaso de coca-cola, las risas, páginas que quizás no pudiste pasar , vuelan entre cuartos y campanadas, el primer amor, se queda almacenado en un antiguo parque, en un trozo de césped, se queda en aquella playa, en agosto, pienso dejar mis sentimientos en tres estúpidos meses que curiosamente fueron los mejores de mi vida, lo dejo todo atrás por un verano en el que viví más cosas que en tres años de vida, ahora lo dejo todo por volver a ser feliz, tengo pensado hacer reformas en mi sonrisa, en realidad tengo ganas de cambiar el mundo pero tengo miedo de que el mundo me cambie ami porque es lo que me suele pasar.
Cosas buenas del 2011 son muchas, conocí a gente realmente inolvidable, a personas que les cuesta coger confianza y que tienes que sonsacarle los problemas, a personitas que hablan francés desde los cinco años y que hacen que vea la vie en rose, he tratado con la mejor consejera del mundo entero cuyo nombre empieza por F y termina por LORA, en un año que he vivido y sentido muchas cosas, a personas que me hicieron tocar lo más alto a la vez que tocaba lo más bajo del suelo, siento que soy una nueva yo, este 2011 me he encontrado y de verdad, he echo una pequeña vereda que más tarde convertiré en camino, mi camino. He visto aviones despegar y que para mi no volverán, he visto a algunas personas salir de mi corazón, he cerrado muchas puertas pensando que haciéndolo abriría otras, sí, alguna que otra vez me equivoqué y sin embargo me lo pasé bien, merecieron la pena y al final fueron algo que contar en un día como este. He estado un concierto en el que salí mezclando graves con agudos, y en el que luego no pude hablar, compré camisetas y memoricé prefijos onubenses, gasté muchas bromas y aprendí chistes de humor negro, rei, organicé alguna que otra fiesta y me enseñaron a bailar, tiré cincuenta mil vasos de coca-cola y tuve mil ciento ochenta bipolaridades, he pegado possits con deseos en el centro comercial con una pelirroja desteñida, aprendí a jugar al futbolín, hice muchas excursiones y me pasé hasta las tres de la madrugada cantando villancicos, me reí con un estúpido vídeo de un dinosaurio vestido de arcoiris y me regalaron una camiseta con un pez de tres ojos. Bailé flamenco con una rubia tonta y tuve sueños que me trastornaron por completo.
Posiblemente sea el mejor año que tenga en la vida, pero es hora de guardarlo en un cajoncito y esperar que el 2012 se porte bien conmigo, de tomarme mis 12 uvas y de sonreír mucho en 12 meses.
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