miércoles, 28 de diciembre de 2011

Todo esto es una mierda

Lo sé, dije que las cosas se habían estabilizado pero como siempre me equivoco, y realmente no , no se han estabilizado y parece que nunca fuesen a hacerlo, porque los meses pasan , y siguen pasando, y yo me quedo aquí, sin un paso más y lamentando que siga escribiendo siempre de lo mismo, que mis propuestas y mis palabras se pierdan o simplemente se deterioren nada más salir de mi boca, que siempre sea la misma puta y estúpida inspiración que odio, que mis antiguas antiquísimas  musas ya no quieran volver a mi enredada mente.
Que pasen las primaveras, los veranos, los otoños, y los putos inviernos, sobretodo los inviernos que siempre tengo que pasar sola, con el asqueroso calor de la manta, con el calor de invernadero, odio que se quede ese hueco en mi cama porque justo y sólo cuando me meto en la cama , pienso que mi cama no siempre ha estado así, hubo un tiempo en el que llegaba y olía a él, hubo un tiempo en el que la cama se acostumbró a su cuerpo, y en el que la almohada olía a su champú. Hubo un tiempo en el que subía la persiana para verlo mejor, como dice caperucita roja, para ver sus preciosos ojos y no porque me lo dijese mi madre, en el que ordenaba mi cuarto por el mero hecho de que él iba a llegar y quería darle buena impresión. 
Echo de menos cuando toco a su timbre y sé que no está, que no me va a abrir la puerta y mucho menos con su adorable sonrisa, que sé que nunca más me va a invitar a subir a su cuarto y a preguntarme si he merendado, sé que nunca más nuestros cuerpos se van a volver a juntar en ese sofá en el que empezó todo y dudo que vuelva a pasar algo, lo dudo mucho. Porque él ya no quiere ni verme por alguna razón que casi prefiero no oír, porque él posiblemente, sea más fuerte que yo y haya aprendido a vivir sin mi, tambien puede que su cama no se le quede grande y también puede que no se acuerde ni de como olía y lo más probable es que no se quiera ni acordar
Y yo... bueno, tengo días y días. Hay días que me despierto con hambre y no expresamente de desayunar si no de comerme a poquito a poco el día y si hace falta de postre a la noche para no soñar con él, tengo ganas de volver a empezar y como si yo volviese a nacer, siento que dentro de mi no queda nada, y que quiero escuchar música a todo volumen, pero de repente pasa algo, y es que esa canción la escuchábamos los dos, que ya todo todo es él, y ya casi no soy yo, que tengo la sensación de que esa maleta con destino a Argentina se llevó sin querer un pedacito de mi, y me gustaría decirle lo que pasa, me gustaría recordarle que se lo traiga de vuelta y que no se olvide de dejárselo allí, pero no puedo hablarle, la primera vez lo quité yo y la segunda fue él, de hecho creo que aunque le hablase me mandaría empaquetada con rumbo a la mierda, ya por poco me aprendo el camino.
La verdad es que intento no reconocerlo, porque me hace sentir más pequeña de lo que soy, pero la verdad es que sí, las cosas han cambiado bastante desde que él ya no está a mi lado, lo cierto es que muy pocas veces mi sonrisa se hace tan kilométrica como cuando reía con él, pocas veces siento que soy yo, lo cierto es que siempre me va a quedar algo dentro, una espinita que intento ni rozar para que no sangre ni un poquito, pero siento que nunca cicatriza del todo. Tengo miedo de que esa marca se me quede en mi piel de manera crónica, tengo miedo que todas las calles de mi pueblo se queden con el tacto de su mano y con nuestras pisadas acompasadas, tengo miedo de seguir viendo su camino, y a él siempre más pequeño.
Hoy es el día de los Inocentes, y he estado pensando que me gustaría haber pasado este día junto a él, de gastarle la estúpida broma de que no lo echo de menos, que realmente no sería una broma si no una mentira, y la verdad es que me gustaría que todo esto fuese eso, una broma, que todo esto terminase y me dijesen que soy una estúpida inocente, me daría igual que le tirasen huevos a la fachada de mi casa o incluso que me rociasen de muñequitos de papel cogidos de la mano, con la cosa de que esto fuese una broma por pesada que fuese.
Quedan exactamente 2 días y 23 horas, para que se acabe el año, y uno de mis propósitos a cumplir entre el millón de deseos, es que no sólo pase página de verdad, si no en que los reyes magos se porten bien y me regalen un estupendo libro , para volver a empezar en el que no haya letras pequeñas ni mensajes subliminales. Al que no le sobren ni le falten páginas por escribir. 
A mi mas que a nadie me gustaría que esto no estuviese sucediendo pero lo está, odio que ya sea otro día y vuelva a empezar mi rutina y que mi vida ya esté vacía, que el vaso no esté ni medio lleno ni medio vacío y que simplemente no tenga agua, yo quiero darme otra oportunidad, un ultimátum que sé que tendrá otro sucesor, pero en el fondo y con otra bipolaridad como título principal sea que sé que tarde o temprano quizás nuestras palabras se vuelvan a cruzar, que sólo necesite tiempo y que posiblemente tarde o temprano vuelva a esa piscina donde me tiré por ultima vez, donde lo di todo y dí un salto suicida sin contar con el agua que podía tener.
Puede que en otro momento, en otro año, en otro tiempo y en otro lugar las cosas vuelvan a empezar, de cualquier manera, sin esperarlo o quizás planearlo la noche de antes, y también puede que no, que me vuelva a dar la gran hostia de la que todos me "advirtieron" , o que simplemente este sea mi secreto y no lo quiera contar a nadie hasta que las cosas no den un resultado, puede que hasta yo misma mañana me despierte y nada de esto lo haya pensado o sentido, puede que yo misma decida tirar la casa por la ventana y me llame gilipollas, por si quiera volver a decir su nombre.
Sinceramente puede que mañana el gallo cante cualquier cosa menos un "te echo de menos".

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